La pruma braba
—Entonces, padre, ¿usted no cree que Dios castiga a los pueblos por los pecados de los Reyes?
—Más bien creo que Dios castiga a los pueblos por su estupidez y la de sus gobernantes, y les ayuda cuando éstos no son estúpidos.
Gonzalo Torrente Ballester, Crónica del rey pasmado